jueves, 8 de septiembre de 2011

Llorar, llorar y llorar...

Llorar y llorar y llorar... sola, porque tu orgullo no te permite dejar que otras personas te vean llorar. Sí, te han visto hacerlo, pero no de la manera en que lo haces cuando estás sola. Nadie te ha visto acurrucada en el suelo, en un rincón a ocuras, con las rodillas en el pecho, tapándote la cara con las manos... Nadie puede leer tus pensamientos y ver lo mal que lo estás pasando en el fondo. Nadie sabe ver esa coraza que has creado, esa muralla entre el resto del mundo y tú que te sirve de protección... aunque sólo sea exteriormente. Todos piensan que eres dura y fuerte, que no tienes sentimientos y que nada te importa... y no podrían estar más equivocados...