sábado, 30 de agosto de 2014

"You'll always be my hero"

Pudimos serlo todo. Teníamos el mundo a nuestros pies. Éramos perfectos.
Pero algo se rompió de golpe. El vidrio que protegía mi inocencia se hizo añicos, y se desparramó por todo mi ser. Me dejó llena de cortes, de heridas que nunca acabarán de cicatrizar.
Sé que jamás me perdonarás el haber destrozado lo que construimos, el haber echado por tierra lo que tanto me costó, en lo que puse tantas ilusiones.
Pero creo en el destino, y creo en mis actos, por muy desastrosas que puedan ser  a veces las consecuencias.
No me arrepiento de nada. En parte siempre pensaré que, inconscientemente, estaba negando una parte de mí, escondiéndome de mí misma...
Pasó lo que tenía que pasar. Cada uno debía seguir su camino. Somos los cauces paralelos de un mismo río. Vemos el mismo paisaje desde perspectivas diferentes, pero nunca desembocaremos a la par, porque así es como debe ser.
Aun así yo siempre te estaré agradecida. Por tu cariño, por tu paciencia, por tu dulzura, por tu amor.
Te lo dije una vez, y lo pensaré toda la vida: "You'll always be my hero".

martes, 26 de agosto de 2014

Llorar

Llorar. Qué poco nos gusta, pero qué bien nos sienta.
Es la única manera de canalizar el dolor en forma de agua, de transformar lo abstracto en lo palpable, de parar de fingir y dejar que tu verdadero "yo" fluya descontrolado por todo tu cuerpo.
¿Por qué nos cuesta tanto dejar que esa primera lágrima, tímida, descienda por nuestro rostro? Supongo que sabemos que detrás de ella viene el resto, el manantial, fácilmente provocado por una simple pregunta: "¿Estás bien?" No, joder, no estoy bien.
¿Por qué nos encanta llorar con una película? Nos permitimos mirar con complicidad a una amiga en el cine, mientras el rímmel decora nuestras mejillas, y se nos escapa la risa tonta; pero nos mordemos el labio por no permitir que ni una sola lágrima se asome a nuestros ojos cuando algo nos duele de verdad o nos hace sentir impotentes.
Lloremos, joder. Tres minutos, para que se nos pase la tontería, o dos horas, para limpiar el alma.
No rechacemos nuestros sentimientos. No nos escondamos detrás de un muro interno. No reneguemos de nuestras debilidades. No disfracemos a nuestros demonios.
Que no nos avergüence hacer algo tan puro como llorar. Que no nos importe mojarnos las pestañas.


viernes, 15 de agosto de 2014

Puzzle

Al final todo se trata de encajar.

Como las piezas de un puzzle.
Como tus labios con los míos, haciéndome temblar de arriba a abajo.
Comos tus brazos alrededor de mi cuerpo, transmitiéndome tu seguridad y tu calidez.
Como mi rostro apoyado en tu cuello, mientras tu olor inunda cada uno de mis sentidos.
Como tus dedos acariciando cada línea de mi cuerpo, entrelazando los míos contra el colchón.
Como tu piel fundiéndose sobre la mía, mientras pierdo la noción del espacio y del tiempo.
Como mis enfados tontos con tus "ey"s, recordándome que todavía hay esbozos de una niña dentro de mí.

Justo como tu recuerdo encaja en mi corazón con una intensidad que duele, con una distancia que desearía borrar, con una perfección que asusta.


jueves, 14 de agosto de 2014

Llámalo costumbres o llámalo manías

La música siempre alta, para no escuchar mis propios pensamientos.
Los rizos siempre rebeldes, para que la imaginación pueda fluir al compás del viento.
Los pies siempre sujetos, para que nunca me falte la seguridad que tanto necesito.
Los ojos siempre abiertos, para no perderme ni un detalle de lo que sucede a mi alrededor.
Las orejas siempre libres, para no encasillarme, para no ser fácil de definir.
La mente siempre en el sur, para no olvidar de dónde vengo ni a dónde voy.
Y el corazón... el corazón ya es otra historia de la que mejor no hablar.