Kling

Parece mentira como pasa el tiempo y como van desarrollándose los acontecimientos.

Hace unos siete meses me pasaba los fines de semana saliendo de fiesta y durmiendo, y de golpe me vi trabajando en una pequeñaja tienda de ropa cerca de Jaume I.

Lo que empezó como un enchufe a un trabajo para pagarme mis caprichos y ahorrar algo, ha acabado convirtiéndose en algo que (a pesar de madrugones y abstinencia de fiesta) me llena y me hace feliz en cierto modo.  

La ropa "rara de estilo vintage o algo parecido" ha acabado haciéndome gritar de ilusión cuando la veía en anuncios, puesta en otras personas o en tiendas de otros países.

Me deja sin palabras como de algo que parece tan poca cosa se puede aprender tanto. Pero lo que más me asombra es la manera en que mi determinación ha pasado a tristeza y vacío en menos de cinco minutos. 

Voy a echar muchísimo de menos a mi Fran, cada domingo, cada risa, cada okupa ligón, cada clienta tocapelotas, cada canción, cada carrera hasta el stock, cada comida con mi nena, cada crítica, cada sonrisa, la sensación de independencia, cada conversación... Todo.

Siento que estoy cerrando una etapa para abrir otra. Y me da mucho miedo, no puedo negarlo. No sé si me equivocaré con esto, pero hay que seguir adelante, siempre.

Just can say that I'm gonna miss it, but it's time to go, it's time to find my own star...

Ya no soy aquella niña.

Ya no soy aquella niña tímida a la que salvaste. Ya no me intimida mirar a los ojos y aguantar la mirada. Mis manos ya no tiemblan al tocar otra piel.
Si me dejases acercarme a ti... Te enseñaría todo lo que he aprendido en estos dos años. Recorrería con mis labios tu cuerpo. Sin prisa, sin pudor, sin apartar la mirada. Te llevaría a donde siempre has querido llegar. Te mostraría quien soy ahora. Te haría ver mi deseo, mi lujuria, mi rabia, mi frustración  Te dejaría entrar en mis sueños. Arañaría tus dedos con mis dientes. Entrelazaría mis manos en tu pelo. Enroscaría mis piernas alrededor de tu cintura.  Te haría formar parte de mi locura...

No, ya no soy aquella niña.

Once minutos.

"Soy dos mujeres: una desea tener toda la alegría, la pasión, las aventuras que la vida me puede dar. La otra quiere ser esclava de una rutina, de la vida familiar, de las cosas que pueden ser planeadas y cumplidas. Soy el ama de casa y la prostituta, ambas viviendo en el mismo cuerpo, y una luchando contra la otra.

El encuentro de una mujer consigo misma es un juego con riesgos serios. Una danza divina. Cuando nos encontramos somos dos energías divinas, dos universos que chocan. Si el encuentro no tiene la reverencia necesaria, un universo destruye al otro".

Once minutos. Paulo Coelho.

Hace tiempo.

Hace tiempo que dejé de creer cuando me dicen lo que quiero oír.
Hace tiempo que empecé a sentirme atada cuando oigo un 'para siempre'.
Hace tiempo que mis ojos aprendieron a ocultar la melancolía tras la alegría.
Hace tiempo que dejé de buscar ser especial y entendí que siempre seré una más.
Hace tiempo que entendí que nunca más me voy a ver reflejada en tus verdes pupilas.
Hace tiempo que dejé atrás a una niña ilusa por otra realista, con sus miedos y sus sueños.

Pero hace tiempo que dejé de lado todos los prejuicios y conseguí abrir mi visión del mundo.
Hace tiempo que sentí el placer más infinito de unos labios que ya lo habían probado todo.
Hace tiempo que empecé a sonreír entendiendo que los recuerdos siempre serán eso.
Hace tiempo que aprendí a tomar decisiones pensando primero en mí misma.
Hace tiempo que entendí el valor de las cosas más pequeñas.