lunes, 15 de abril de 2013

Kling

Parece mentira como pasa el tiempo y como van desarrollándose los acontecimientos.
Hace unos siete meses me pasaba los fines de semana saliendo de fiesta y durmiendo, y de golpe me vi trabajando en una pequeñaja tienda de ropa cerca de Jaume I.
Lo que empezó como un enchufe a un trabajo para pagarme mis caprichos y ahorrar algo, ha acabado convirtiéndose en algo que (a pesar de madrugones y abstinencia de fiesta) me llena y me hace feliz en cierto modo.  
La ropa "rara de estilo vintage o algo parecido" ha acabado haciéndome gritar de ilusión cuando la veía en anuncios, puesta en otras personas o en tiendas de otros países.
Me deja sin palabras como de algo que parece tan poca cosa se puede aprender tanto. Pero lo que más me asombra es la manera en que mi determinación ha pasado a tristeza y vacío en menos de cinco minutos. 
Voy a echar muchísimo de menos a mi Fran, cada domingo, cada risa, cada okupa ligón, cada clienta tocapelotas, cada canción, cada carrera hasta el stock, cada comida con mi nena, cada crítica, cada sonrisa, la sensación de independencia, cada conversación... Todo.
Siento que estoy cerrando una etapa para abrir otra. Y me da mucho miedo, no puedo negarlo. No sé si me equivocaré con esto, pero hay que seguir adelante, siempre.

Just can say that I'm gonna miss it, but it's time to go, it's time to find my own star...




No hay comentarios:

Publicar un comentario