2014

En lo bueno y en lo malo, mi 2014 puede resumirse en tres nombres: una ciudad, una persona y una empresa. A los tres, gracias por tanto.

Tiempo.

Dicen que el tiempo todo lo cura... Pero el tiempo no cura una mierda. Lo único que consigue es que te acostumbres al dolor, que se adhiera a ti y se camufle como si de una segunda piel se tratase. 

Es la misma sensación que hacerte un corte que no duele hasta que lo ves. El tiempo actúa de ceguera, pero cuando prestas atención, la herida sigue ahí, palpitando como el primer día, recordándote tus fracasos y tus errores, riéndose de tu ingenuidad.

Alive

El por qué hay gente que se hace daño a sí misma es algo que queda muy lejos de mi entendimiento.

He visto a personas crear muros en torno a su corazón para no permitirse sentir.
He consolado a mujeres que tenían miedo de enamorarse.
He hablado con hombres a los que la sola palabra compromiso les aterrorizaba.
He criticado a parejas que no han luchado por reavivar la llama alegando que "ya no es lo que era".
He admirado a niños que no querían convertirse en adultos.
He sentido lástima por hombres con síndrome peterpaniano.

Señores, ¿qué nos está pasando?
Sí, los sentimientos asustan, acojonan, nos dejan temblando, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón en un puño. El amor nos llena los pulmones de ilusión y con un soplo de aire arrasa con todo lo que eras o creías ser hasta ese día...

Pero, ¿acaso hay algo más bonito que sentirse vivo?