sábado, 2 de enero de 2016

Echando de menos.

Echo de menos aquellos días en que el dolor sólo era una palabra más del diccionario,
Cuando los sentimientos se dividían únicamente en alegría o enfado.
¿Tristeza? ¿Qué era aquello? Todavía no me lo habían explicado.
Las lágrimas nunca ahogaban mis ojos, nunca oprimían mi pecho.
Me encantaría volver a sentir que yo sola, acompañada por mi cabezonería, podía comerme el mundo.
Cobijarme en la seguridad de los brazos de mis padres, y no entre pañuelos mojados revueltos entre las frías sábanas.
Acurrucarme contra mi perro y dormir sin preocupaciones, no despertarme en mitad de la noche con el corazón encogido y las manos temblando.

Echo de menos los pedazos que he perdido por el camino.
Echo de menos aquella época en la que aun no sabía echar de menos.




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